VELA ENCENDIDA
La vela
encendida.
La noche
llegaba.
Le esperaba en casa.
Un vestido nuevo.
Una cena deliciosa.
Llegó
cansado,
como
siempre.
siempre.
Vio
el vestido
y su tirante
caído
a propósito,
pero ignoró
mi hombro desnudo
ansioso
de él.
Sin fuerzas,
me dejé
contagiar
contagiar
por
su cansancio.
La vela se apagó.
Las cerillas cayeron al mar.
pero…
La vida
sigue.
Las heridas
se curan.
Las cerillas
se secan.
Y el tiempo,
me sitúa,
hoy
frente
a ti.
a ti.
Ante
uno ojos,
uno ojos,
menos
cansados
cansados
y
más ansiosos.
más ansiosos.
La vela
de nuevo
se enciende.
Su luz,
una inspiración.
Su calor,
tu calor,
una verbena.
by K
Cómo a veces, una luz intensa puede llegar a deslumbrarte, e incluso cegarte… y en cambio, una luz de una vela, suave y humilde, puede conseguir estremecerte…
Cómo a veces, un largo discurso, repleto de palabras y buenas intenciones, puede verse sencillamente superado, por una suave y humilde sonrisa…
Cuéntame… ¿te gustó el poema?
Me encantaría conocer tu opinión…
Recuerda que también tienes la versión recitada en el vídeo. Clicka aquí…
Si apetece otro poema de K, clicka aquí para ir a Desayuno en domingo.
¡Hasta pronto!